2010/11/01

Dìa de los muertos...¡Què miedo!

Hoy recibì el diario, y encontrè un interesante artìculo. No sabìa hasta donde era posible llevar el miedo. ¿Quièn crea el miedo, quièn lo vive, quièn lo siente y lo percibe?. Lo cierto es que en el ser vivo està en potencia el generarlo o sentirlo. Asi, lo curioso es que mientras los vivos nos mantienen en suspenso, los muertos, muertos estàn, que podrìan hacernos ya. Yo no sè si descansan o estàn ajetreados por su nueva forma de vida, que solo ellos entenderàn. Pero lo que si puedo decir es que estàn tan ocupados y no tienen tiempo de venir a fastidiar.
En esta nota de gran impacto verbal - social, se recoge todas las formas de miedo, en otras palabras es todo lo que hace y vive la "humanidad". Ello nos debe preocupar, pues en verdad el mal extiende sus ramas. Los generadores del miedo estàn muy cerca, y esto, claro està, no es para celebrar...
EL MIEDO
publicado por la escritora Emma Riverola

Miedo de los que abusan de los débiles. De los que mienten y manipulan. Del machista que escupe, y de los que recogen sus esputos. Del que se desliza a media noche en la cama de un niño. De los recortes de la empresa, de la angustia del dinero que no llega. De los días de soledad. De las noches de recuerdos y lágrimas. De un positivo en una prueba médica. Del sufrimiento. De la incapacidad. De la impotencia. Del dolor de un niño. Del tenemos que hablar. De que todo cambie. De que nada lo haga. De los desengaños. De la amargura. De las arrugas del alma. De los que desprecian sin entender. Del violento que perdió las razones. Del que expulsa al diferente. De los que desdeñan las lecciones del pasado. Del poderoso que atropella. Del corrupto que todo lo mancilla. Del prepotente que se siente impune. Del mapamundi que solo refleja los planes de negocio. De los que amenazan para imponer sus ideas. De los uniformes que torturan y humillan. Del manto que calla a las mujeres. De los que invocan a los dioses para convertirse en diablos. De los que violan, matan y mutilan, y ni siquiera saben por qué. De no tener un lugar donde sentirse seguro. De no poder proteger a los hijos. Del comercio manchado de sangre. De la esclavitud en las carreteras. De la hipocresía cómplice. De los ojos que no quieren ver. De volvernos ciegos. De dejar de sentir. Del miedo.