2014/10/25

EL ENFOQUE SOCIOCULTURAL EN LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA (I)



Trabajo monitoreado por las mismas estudiantes
Los trabajos de grupo son vital.
El dominio de la información y sustentación
La dinámica como parte de la motivación.
El monitoreo permanente.

EL  ENFOQUE SOCIOCULTURAL EN LA ENSEÑANZA  DE LA LENGUA (I)

Flor Chirinos Sánchez

La Educación es una práctica social y una práctica política, es una combinación de propuestas ideológicas y pedagógicas que  de un modo u otro ejercen una considerable  influencia en el destino del hombre. Hoy la educación peruana  nos muestra la problemática de la sociedad: las diferencias y las desigualdades, entre el  grupo de poder y el que no lo tiene. El problema día a día se acentúa, se acrecienta y se  constituye en un nuevo reto para el maestro, quien debe enfrentarlo ya no desde las aulas, sino desde los contextos.  

Para atenuar el problema se han propuestos diversos  enfoques, éstos han hecho flexible el  esquema mental  de los educadores de las diferentes áreas de aprendizaje, y, en especial,  de las áreas medulares de Matemática y  Comunicación. Las propuestas conllevan al conocimiento, dominio y aplicación, pues no se concreta la teoría sin la práctica.  Actualmente, el aprendizaje, se enmarca dentro del Enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural, el Marco Curricular, las Rutas de Aprendizaje y los Mapas de Progreso, con estos insumos se  debe dar respuesta al retraso de los programas en los diferentes Niveles de Formación Básica, cuyos objetivos y contenidos se inscriben mayormente en las concepciones de la enseñanza tradicional, normativa y formal.

El enfoque en cuanto a la enseñanza de la lengua (área de Comunicación) tiene en cuenta la relación entre la cognición, el discurso y la sociedad, se orienta hacia el estudio del lenguaje en uso, lo que proyecta su estudio en contextos diversos, con un carácter interdisciplinario. Tiene entre sus objetivos replantear la problemática de la enseñanza de la ortografía desde una perspectiva comunicativa y una fundamentación semiótica, teniendo en cuenta las condiciones concretas de la comunicación. El entender cómo se produce el lenguaje escrito y cómo se comunica, exige el dominio del código escrito e implica poseer conocimiento de las normas que rigen su empleo.  Además, sobre la  construcción de textos escritos y su aprendizaje nos dice cómo el lenguaje contribuye a construir una representación del mundo socialmente compartida y comunicable, que  favorece al individuo social y culturalmente.  

En tal sentido, hay la  necesidad de una gramática del discurso, entendiendo por discurso toda forma de uso del lenguaje, porque es imprescindible que se analicen las estructuras lingüísticas más allá de la oración, en emisiones completas que serían secuencias de oraciones. No a la enseñanza que pone énfasis en la oración, porque no atiende las necesidades comunicativas de los hablantes en diferentes contextos. Considera que si se piensa en las relaciones semánticas, ellas existen más allá de la oración, en enunciaciones completas de oraciones. Así, se aborda cuestiones no resueltas por la gramática de la oración, como: el estudio de elementos referenciales o fóricos en el discurso, la pronominalización; sujeto  activo y pasivo, la relación entre las categorías sujeto – predicado, tema (información conocida) y rema (información nueva), la secuencialidad y la lógica, la elipsis, la sustitución, etc.

Otro elemento clave es la lectura. En este enfoque, leer, no es solo un proceso psicobiológico realizado con unidades lingüísticas y capacidades mentales; también es una práctica cultural insertada en una comunidad particular, que posee una historia, una tradición, unos hábitos y unas prácticas comunicativas especiales.  En el acto de leer (discurso) autor lector son piezas de un entramado complejo, con normas y tradiciones fijadas. Hoy lo apropiado es decir literacidad (acto de leer y escribir) Cada acto de literacidad es una práctica social compleja. La literacidad no es solo una forma de comunicación, sino una herramienta para ejercer el poder  y la dominación.

El enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural plantea reflexionar sobre la necesidad de insertar el aprendizaje de la comunicación  en una interpretación discursiva de la realidad, que propicie el análisis del discurso como unidad de contenido y forma determinado por el contexto, que contribuya al aprendizaje como parte de un evento real, que evidencie el papel de la lengua en la interacción social. El discurso no surge de la nada (simbolizado en el mismo esquema con la figura de una persona) El discurso refleja un punto de vista, una visión del mundo, una ideología.

2014/09/01

ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO




ORACIÓN 

Espíritu Santo
Esta es la noche  más oscura del alma.
Mi fuerza se va y me ahogo en el vacío.
No encuentro la calma, no encuentro el camino.
Te ruego con dolencia aparecer en mi caída.
Te imploro con mi fe  dar  luz a mis ojos.
Te suplico, por caridad, reconfortarme con el amor que espero.  

Espíritu Santo
Que pueda  ver a quien a ti me atrajo con influjo fuerte.
Dame para ello la firme voluntad de aceptar sus designios;
de vivir con la esperanza de quien con ansias solo espera conocerlo;
llena mi ser de tu savia, de tus dones, de tu consuelo.
Te  pido que  mis pensamientos sean virtuosos.
Te  pido que mis actos sean justos.
Te  pido que mi amor sea leal. 
Te  pido frenesí para sostener  mi Fe.
Te  pido ímpetu para atesorar la Verdad. 
 Y pueda al fin contemplar su bello rostro.

Espíritu Santo
Gracias por escucharme
No me apartes de Ti.
Por  inmensa que sea la alegría,
por bueno que sea el favor material.
Más en  el dolor, la angustia, la soledad
Quédate conmigo y alimenta mi ser.
                                                                             Amén 
                                                                                                                   Flor Chirinos Sánchez

2014/08/20

LA PSICOGÉNESIS Y EL RELATIVISMO EN LA EDUCACIÓN






En Educación, hoy, solo asumimos teorías. El asumirla exige un fundamento epistemológico y antropológico, que permita tener claro qué somos, qué buscamos, a dónde vamos. El planteamiento es: ¿hacia dónde orientamos la Educación? Hay un ejemplo concreto que lleva a presentar esto que podríamos llamar “vuelco antropocéntrico” de la cultura: la psicogénesis.

¿Qué es, en concreto, la psicogénesis? ¿Cuál es su origen? Su base técnica está constituida por algunas hipótesis piagetianas cuyos errores, viciados por una concepción exclusivamente biológico-evolutiva del hombre tienen graves consecuencias cuando se los aplica a la educación.

Puntualmente se dice que la estructuración de la personalidad y el conocimiento en el niño tiene un carácter natural y progresivo. Se parte desde el conocimiento sensible –el que proporcionan los sentidos externos– hasta llegar a la inteligencia. En esta progresión la realidad es “construida” por el niño desde su yo: no hay verdades objetivas, ni imperativos morales establecidos a los que el sujeto deba adecuarse. Es verdad lo que el sujeto decide que es verdad; está bien lo que el sujeto decide que está bien.

Como la objetividad de las normas morales no existe, el acto educativo que debe ser moral, pasa a ser un mero adiestramiento en la autonomía, o sea, una pura “anarquía moral”. Y se pretende apoyar estas teorías con una falsa interpretación de la creatividad, confundiendo la creatividad verdadera –por la cual el hombre transforma la naturaleza, realizando de alguna manera su esencia misma como “ser a imagen de Dios”– con la arbitrariedad más crasa respecto de lo verdadero y lo bueno. Además, se buscará crear un falso juicio “crítico”, acostumbrando a los niños –y jóvenes– a poner en tela de juicio, sin motivo, todo lo que han recibido de sus padres y sus tradiciones.  Con la excusa de oponerse al autoritarismo, se destruirá así la verdadera autoridad de los padres, creando una falsa dialéctica y haciendo que el joven y el niño pierdan confianza en aquellos que le dieron la vida y que son los primeros responsables de su educación.

¿Qué dicen los defensores de la psicogénesis? Sus defensores dicen que es un cambio de actitud. La presentan como una nueva relación entre alumno y maestro, en donde el niño no se siente rechazado sino comprendido y, por eso, ya no está triste, aburrido, no destroza todo...

En realidad es una verdadera REFORMA o REVOLUCIÓN educativa. Es verdad que debemos mejorar muchísimas cosas en la educación. Es una verdad incontestable. Pero esa mejora debe orientarse a realizar verdaderamente el proyecto esencial de toda educación, que es el perfeccionamiento integral –es decir, total– del hombre como persona y, por tanto, perfeccionar su adhesión incondicional al bien y a la verdad.

Los nuevos descubridores de la pólvora han cambiado de modo radical los fines mismos de la educación, vaciándolos de contenido. Han desdeñado lo común y aquello en lo cual estuvieron de acuerdo todos los educadores de todos los tiempos: el profesor poseía un conocimiento holístico y era el medio entre el conocimiento y el  alumno; que el profesor guiaba y el alumno aprendía; que, el alumno como aprendiz, no sabía qué era lo que le convenía aprender y, por eso, el profesor debía “gestionar” las distintas “dosis” de saberes de acuerdo a la capacidad y los progresos del alumno en la asimilación.

Ahora, en cambio, resulta que es el niño el que construye su propio aprendizaje, su propio conocimiento; el que le dice al maestro lo que le debe enseñar y el que regula la educación. En este sentido, se dará una primacía total a la experiencia personal, por encima de lo que puede decirnos otro. El profesor, por ejemplo, no le podrá decir al niño: “Esto es un cuchillo. Cuidado porque corta”, sino que le deberá dar un cuchillo para que el mismo niño por experiencia aprenda que corta... Como se puede observar, se maneja aquí el falso principio –¡de uso tan común en nuestro tiempo!– de que hay que experimentarlo todo, de que sólo se conoce bien aquello de lo cual se ha tenido una experiencia personal. Es un falso principio. No necesito experimentar el suicidio para ver si de verdad es algo que termina con la propia vida. No necesito asesinar para averiguar si de verdad es algo malo. No necesito drogarme para averiguar si la droga me lleva a la muerte...

Además, hay una falsa comprensión de la libertad: el niño puede hacer lo que quiera y como quiera sin que se lo pueda reprender. Esa falsa comprensión de la libertad se traducirá, como vimos, en una también falsa autonomía respecto de la verdad y del bien. El niño será juez, maestro, autoevaluador... Por eso el maestro tendrá únicamente la función de potenciar y encauzar las iniciativas espontáneas del niño: si el niño quiere hablar de flores y pájaros en clase de comunicación, habrá que dejarlo; si quiere pararse en su mesa, habrá que dejarlo, porque “no hay que imponerle nada”.  El lenguaje será visto simplemente como un medio de expresión y no como reflejo de las cosas. Por tanto, si el niño quiere llamarle “pelota” al pizarrón, podrá hacerlo ya que “nace de él”... El profesor debe desaparecer como tal. Se debe
igualar al alumno y limitarse a sugerir, incentivar, orientar, crear situaciones; jamás deberá corregir al alumno equivocado, porque no existe el “error” y porque sería una manera de inhibir al niño y coaccionarlo. Entonces el maestro ya no será un modelo que imitar y una fuente de la cual manan verdades...

Las consecuencias a que ha llevado este sistema educativo son realmente nefastas. Tenemos resultados penosos y lamentables. Se aplicó en Europa (Inglaterra, Francia, etc.) en 1950. Esas generaciones tienen serias crisis existenciales, no posee inserción social, tiene crisis laborales, incapacidad de adaptarse a normas de convivencia, carencia de respeto a la autoridad, tendencia profunda a la evasión de la realidad.


La educación es proposición y asimilación de «valores», que son fundamento de la identidad, dignidad, vocación y responsabilidad del hombre como persona y como miembro de la sociedad. Es necesario, asimismo, promover la maduración de la persona, ayudándola a desarrollar sus dimensiones socio-culturales, morales y religiosas mediante el recto uso de la libertad. La formación unitaria de la personalidad humana no puede menos que tender hacia el crecimiento integral de sus relaciones con el mundo, con los demás y, principalmente, con Dios. Sólo él es bueno. Como recuerda Santo Tomás, esto implica, ante todo, la formación ética, que tiene el primado en la formación integral de la persona”

Por encima de nosotros hay un orden, natural y sobrenatural, anterior a nosotros, –nos es dado, lo encontramos, no somos sus creadores–, superior a nosotros –no podemos manipularlo–, es intangible –sus leyes son inexorables–, y nos trasciende a nosotros porque seguirá estando cuando nosotros ya no estemos. Por eso el relativismo es un camino a la nada.