2008/09/26

El escritor "no es una isla" por el "intercambio" con su contexto y con otros escritores

El escritor Mario Vargas Llosa destacó que "ningún escritor es una isla" y que se ve afectado por su propio contexto y por "el intercambio constante, y no siempre consciente," con otros escritores, cuyas obras lo "estimulan y enriquecen y a veces ahogan", al tiempo que destacó a aquellos que son capaces de "metabolizar las influencias de una forma creativa".
Con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante, Mario Vargas Llosa pronunció una lección magistral, en la que se centró en las influencias de Shakespeare en William Faulkner, de éste en Jorge Luis Borges y de éste a su vez en Juan Carlos Onetti, pese al desencuentro personal de estos dos últimos al conocerse en una cervecería porteña, según relató Vargas Llosa.
El escritor inició su lección argumentando el tema central de estas influencias en que "ningún escritor es una isla" y quiso destacarlo por la "falacia" que, en su opinión, está extendida de considerar negativa la influencia de escritores en la obra literaria de alguien.
Según Vargas Llosa, "todas las obras literarias, incluso las más ambiciosas e innovadoras" están "influidas por su contexto", aunque sean una reacción "contra él". Además, según añadió, hay "un intercambio constante, y no siempre consciente", de otros escritores y de sus obras en las propias.
Las obras de otros escritores "estimulan y enriquecen" a otros, aunque a veces puedan "ahogarlos", según el escritor peruano, quien opinó que la excelencia en la escritura vendría, de este modo, en la capacidad de "metabolizar las influencias de una forma creativa".
El rector de la Universidad de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda, propuso al Consejo de Gobierno de la institución su nombramiento por "la trayectoria literaria y periodística del escritor, universalmente conocida, y en consideración a la importante labor que desarrolla como presidente del Consejo Científico de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes", una iniciativa de la universidad alicantina y de la Fundación Marcelino Botín.

Nacionalizado español en 1993, Mario Vargas Llosa ha conseguido los principales galardones literarios en lengua española, entre ellos el Cervantes, el Rómulo Gallegos, el Príncipe de Asturias, compartido con Rafael Lapesa y el Planeta.
En enero de 1996, Vargas Llosa fue elegido académico de la lengua, institución en la que ingresó con un discurso sobre Azorín. Mario Vargas Llosa ha sido traducido a gran número de lenguas y está considerado como una de las principales figuras literarias del momento, con 18 novelas publicadas, numerosos ensayos y artículos periodísticos.
Vargas Llosa reivindica la influencia de unos escritores sobre otros
Negó el "prejuicio" literario según el cual las influencias de otros autores "merman la capacidad creativa" de los literatos.
En su discurso de investidura, el novelista peruano señaló que los escritores "no son una isla" porque "todas las obras literarias nacen en un contexto" al que no pueden permanecer ajenos.
"Todos los escritores, sin excepción, encuentran su personalidad literaria gracias a un intercambio constante, y todos, sin excepción, reciben influencias que los estimulan y los enriquecen", indicó.

El novelista, distinguido con el doctorado en reconocimiento a su trayectoria literaria y periodística, citó como ejemplo la influencia que sobre el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti tuvieron William Faulkner y Jorge Luis Borges, uno de forma consciente y otro inconsciente.
Faulkner -dijo- ha sido el "escritor con mayor influencia entre los cuentistas de su generación" y, sin él, "no habría habido novela moderna en América Latina".
Mientras tanto, Onetti "siempre tuvo presente la influencia de Faulkner en su obra", especialmente en cuanto a "estrategia narrativa", ya que le gustaba "usar el tiempo como un espacio", afirmó.

Sin embargo, a pesar de tener un "estilo muy faulkneriano", Onetti nunca desarrolló una "tendencia imitativa", creando su propia personalidad literaria, apuntó Vargas Llosa.
Pero el estilo de Onetti también se vio influenciado por la obra de Borges, un autor por el que el uruguayo sentía una "antipatía personal que era mutua" y no admiraba sus creaciones literarias, según Vargas Llosa.
A pesar de la "distancia que existe entre ambos escritores", tanto en temática como en estilos, Onetti, de forma inconsciente, tomó de Borges "la ficción incorporada a la vida de una forma mágica", permitiendo que los personajes viajaran "de un mundo real a uno imaginario".
En su investidura como doctor Honoris Causa, que ha estado apadrinada por el catedrático Enrique Rubio, el escritor peruano y español se mostró "profundamente conmovido".
"Recibo este reconocimiento -dijo- con emoción, gratitud y modestia, y haré cuanto esté en mi mano para no defraudarles".

Vargas Llosa ya estaba vinculado a la Universidad de Alicante desde 2002, cuando fue nombrado presidente del Consejo Científico de la Fundación Biblioteca Miguel de Cervantes (BVMC).
Esta Biblioteca, con sede en el campus de San Vicente del Raspeig (Alicante) e inaugurada en julio de 1999, es un amplio proyecto de edición digital del patrimonio bibliográfico, documental y crítico español e iberoamericano que pretende potenciar la expansión universal de las culturas hispánicas a través de la utilización y aplicación de los medios tecnológicos más avanzados.

Una autoentrevista

Vargas Llosa, curtido en mil conferencias, ponencias y debates, lo consiguió una vez más. Esta vez por la vía de la autoentrevista. No esperó a las preguntas tópicas. Se las hizo él mismo (son las que figuran a continuación). Pero las respuestas fueron igual de atractivas que siempre.

-¿Por qué es escritor?
-Fui escritor desde niño, desde el mismo momento en que fui lector. Era algo natural. Según mi madre, las primeras cosas que escribí tenían que ver con mis lecturas. Era la forma de continuar una historia que me había gustado y que quería que continuara. O era la manera de cambiar un final que no me había gustado o con el que no estaba de acuerdo.

-¿Cuáles fueron sus influencias?
-Como el niño de Cochabamba que fui, acostumbrado a un lugar donde no pasaba nada fuera de lo común, tenía un gran apetito por las vidas extraordinarias. Pero al primer escritor que leí sistemáticamente, buscando todos sus libros, fue a Alejandro Dumas. Me impresionó mucho una frase de Oscar Wilde cuando dijo «La muerte de Lucien de Rubempré fue una desgracia personal», refiriéndose al personaje de Balzac. De la misma manera yo leí la muerte de D'Artagnan en estado de trance. Creo que por primera vez fui consciente de que detrás de ese mosaico de historias había un autor, una voluntad de estilo, un ejercicio de imaginación.

-¿Cuál es el libro que más le marcó?
-Sin duda fue 'Los miserables', de Víctor Hugo. Al menos en una primera época. Después ha habido otras muchas influencias. Por ejemplo Sartre, sobre todo en sus ensayos sobre literatura, quizá menos en sus novelas y cuentos que envejecieron mal. De él me viene la idea de la literatura como forma de acción. De los libros como actos que podían cambiar la realidad. Quizá la idea se vea ahora como ingenua pero siempre he pensado que la literatura no puede ser una actividad frívola porque tiene un efecto en la vida de la gente. Sigue en mí la idea de que la literatura no es gratuita. Y otra gran influencia en mi vida fue Faulkner. Con él aprendí que la técnica es fundamental para que una novela sea persuasiva. Fue el primer autor que leí con papel y lápiz en la mano, intentando descifrar su estructura, siendo consciente de que en la novela el tiempo es una creación y los puntos de vista algo fundamental.

-¿Cómo llegó a ser escritor?
-Yo estudié Letras y Derecho. Lo primero por vocación y lo segundo por llegar a tener una profesión alimenticia. Desde siempre había escrito cuentos y pequeñas historias. Pero recuerdo el preciso momento en que decidí ser escritor. Fue en 1958. Estaba en Madrid porque había conseguido una beca para hacer un doctorado en la Complutense. Me veo en el piso de la calle Doctor Castelo tomando una decisión definitiva: 'No voy a ser abogado ni periodista, sino escritor y el periodismo o la abogacía o cualquier otra actividad alimenticia que tenga en el futuro estará para siempre acomodada a mi vida de escritor'. Luego la realidad vino a distorsionar un tanto esa decisión y no siempre pude organizar mi vida en torno a mi actividad como escritor. Pero lo cierto es que esa disposición tan segura moralmente me dio la convicción de que realmente iba a ser escritor.

-¿Le importa lo que dicen los críticos?
-A los escritores les gusta que les halaguen y les disgusta que los critiquen.
En la sala nadie se mueve, espera la siguiente pregunta que él se hace con el mismo énfasis que si la dijera su interlocutor. Eso provoca risas en el auditorio.

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