2008/07/06

¿Tenía razón Kafka?


Kafka tenía razón. A los 150 años de su nacimiento podemos tildar de “kafkiana” la realidad del mundo actual.

Leo, al pasar, las noticias de un diario serio y objetivo. Primera noticia: “En Alemania, alrededor de 200.000 personas por año son internadas en institutos psiquiátricos. Y la tendencia va en aumento”. Los alemanes se han vuelto locos, pienso, pero no, el estudio señala que en los países del primer mundo la tendencia es la misma. Pero a eso hay que agregar el estudio de la Universidad de Siegen, por el cual se informa que personas de bajo status social, es decir pobres, son llevadas e internadas en los psiquiátricos mucho más que las adineradas. Por ejemplo, en general los “managers” maníaco-depresivos son calificados como “coléricos”, mientras que personas pobres son consideradas de inmediato enfermas psiquiátricas e internadas en los institutos respectivos. Y se sostiene que la psiquiatría con sus medicamentos potentes acorta la vida de los pacientes aproximadamente 25 años. Esto lo ha demostrado un reciente estudio epidemiológico realizado en Estados Unidos.


Se Habla de que el ser humano, por cabeza, gasta 200 dólares por año en armas. El informe dice que para llevar a la mitad el número de los millones de hambrientos del mundo se necesitarían 20 dólares por habitante. El campeón del armamentismo es, por supuesto, Estados Unidos, con el 45 por ciento del gasto militar mundial. Luego le siguen Gran Bretaña y China, con el cinco por ciento.

Alemania –pese a la lección de las dos últimas dos guerras– está en sexto lugar. Pero vayamos al negocio de las armas. Por supuesto, Estados Unidos va primero, con 7454 millones de dólares de exportación de armas. Rusia, segunda, y tercera Alemania, que exporta por 3395 millones de dólares. Los que más compran armas a Alemania son Turquía, Grecia y Africa del Sur. Y un país al cual se lo ha considerado siempre “pacifista” por excelencia, Holanda, es el quinto del mundo en exportar armas. Quien exporta armas no es pacifista.


Kafka sonreiría desde el cielo de los creadores ante este panorama kafkiano. No, tal vez ni siquiera él imaginó un mundo así. Para no hablar de la violencia desatada en lugares del mundo que se han convertido en llagas permanentes de la humanidad.
Pero estoy terminando estas reflexiones kafkianas, a 125 años del nacimiento del hombre de Praga, y el cartero –sí, los hay todavía, por suerte– me trae un libro titulado La herencia viva. Me lo envía la maestra Nora Bruccoleri y está redactado por alumnos, padres de esos alumnos y también abuelos. Es el segundo que recibo en mis manos. El primero se presentó en la última feria del libro de Buenos Aires. Estaba escrito por alumnos de la escuela de la villa de emergencia De la Cárcova. Este, ahora, viene de Las Heras, Mendoza. Me emociana el leer tantas experiencia y sueños. Me detengo ante la poesía “Vendimia”, del alumno Daniel Peralta, del 5º grado A.

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