2009/09/08

"Debería existir un ranking de universidades" Argentina


"Las universidades deben competir y cooperar. El secreto está en el equilibrio." Así resume el flamante rector de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), Manuel Mora y Araujo, la misión de las instituciones argentinas de educación superior, en tiempos en que el mundo ofrece ejemplos e instrumentos para avanzar hacia una educación de calidad.

Por eso, recomienda elaborar un ranking público e independiente de evaluación de las universidades y poner en marcha un sistema de créditos que permita a los estudiantes elegir en qué institución cursar determinadas materias de una carrera.
"En la Argentina debería haber mayor preocupación por establecer estándares mínimos de exigencia en todo el sistema universitario", dijo a LA NACION el sociólogo y abogado, profesor de opinión pública de la Maestría en Periodismo y presidente del Consejo de Dirección de la UTDT, que hace una semana asumió como rector por cuatro años, al suceder al economista Juan Pablo Nicolini.
Fundada en 1991, la UTDT reúne hoy unos 3000 alumnos en carreras de grado y de posgrado. A la nueva gestión la aguardan arduos desafíos, como completar la mudanza al antiguo predio de Obras Sanitarias, en Figueroa Alcorta y La Pampa, donde se constituirá el campus universitario.
Próximo a cumplir 62 años, Mora y Araujo estimó que el sistema universitario argentino es bueno, pero con muchas diferencias entre las instituciones. Dijo que "las universidades no están formando a las personas que necesitan la economía y la sociedad", y advirtió sobre la desproporción entre el número de alumnos de carreras de ciencias sociales y los que eligen las áreas tecnológicas.

-¿Es viable en la Argentina un ranking de universidades?
-En la Argentina todo es difícil. Pero lo creo deseable y me gustaría que ocurriera. Si podemos contribuir un poquito, lo vamos a hacer. Muchos países tiene rankings y todas las personas pueden saber cómo están clasificadas las universidades.

-Para eso es indispensable que las universidades se sometan voluntariamente a la evaluación.
-Por supuesto. En todos los países hay resistencias de las universidades que creen que serán mal evaluadas. Pero sería bueno que existiera. Hay otro problema muy preocupante. La Argentina tiene una escasez de ingenieros, agrónomos, profesionales de muchas disciplinas vinculadas con las ciencias básicas, y una abundancia de abogados, estudiantes de economía y de ciencias sociales.

-¿Por falta de planificación?
-Puede ser. Pero no sé si la solución es una planificación de la burocracia estatal. Debería depender de cada universidad. Una carrera de ingeniería o de física nuclear es más costosa que una de derecho o comunicación. Pero, más allá de eso, hay un tema de demanda. Quizás algún día tengamos acuerdos con otras universidades para no duplicar esfuerzos.

-¿Se puede avanzar en alianzas entre universidades?
-Se puede y se hace entre universidades privadas y públicas. Hay muchas áreas de cooperación. Es fundamental para evitar superposiciones.

-¿Cómo sería un acuerdo?
-Una posibilidad es otorgar créditos por materias cursadas a través de convenios como los que hoy existen entre universidades argentinas y del exterior. Es difícil imaginar en el país que un alumno de una universidad pueda cursar materias en otra. Deberíamos ir en esa dirección.
-¿Cómo se compatibiliza la idea del ranking, en el que las universidades compiten, con la necesidad de establecer acuerdos?
-Las empresas y organizaciones de una misma industria compiten y al mismo tiempo integran una misma cámara. Se saludan y no se detestan. Competir y a la vez cooperar no es antagónico. Un sistema así es en beneficio de todos, salvo de aquellos que estén muy seguros de que nunca van a salir bien parados.

-¿Es conveniente debatir una nueva ley de educación superior?
-Es innecesario y va a generar debates ideológicos estériles. Hace tres años el entonces presidente Néstor Kirchner valoró el esfuerzo de las universidades privadas en favor de la enseñanza y la investigación, al otorgar en la Casa de Gobierno la habilitación definitiva a varias universidades, entre otras la UTDT. Dijo que la Argentina necesita a todos y que estaba orgulloso de entregar esos reconocimientos. Si este gobierno respondiera a la misma línea, su orientación debería estar definida por ese discurso, que fue notable.

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