DISCURSO POR FIESTAS PATRIAS
La verdad que escuchar el himno nacional del Perú, según la UNESCO uno de los cinco primeros del mundo, en estas fechas causa una gran emoción. Tal vez porque es inherente emocionarme, o porque en lo más profundo de mi ser, se alberga el sentimiento o sentido de peruanidad. Me parece ver que esos colores que flamean allí en lo alto, como por arte de magia podrían ser, el rojo, color de la sangre que corre por nuestras venas y el blanco el alma de cada uno y una que se esmera diariamente por hacer de esta sociedad un espacio donde se respire paz y tranquilidad.
Lo cierto, si, Tenemos que aceptar, quizás alguna diga: “yo no amo ni conozco el Perú”, voy de mi casa al colegio- del colegio a mi casa, pero otras tantas, de seguro, y son más, sin palparlo directamente, han recorrido con la vista a través del cine, la televisión, los libros, el aula, las imágenes, el edén más preciado del mundo. En ese sentido a los peruano nos hace falta reconocer que vivimos en uno de lo países más hermosos y ricos del mundo, con una diversidad de regiones, de grupos étnicos, culturas, razas, climas y paisajes. Valorémoslo, amemos al Perú.
Pues, a pesar de la coyuntura, los problemas a todo nivel, las circunstancias difíciles y los males que se perciben diariamente, es posibles aplaudir a seres dignos de admiración, sin ir lejos: me refiero al estudiante que se esfuerza y se prepara con empeño y respeta a los mayores; al capellán que enseña con el ejemplo, al maestro que orienta concientemente porque sabe de la enorme responsabilidad que tiene con sus pupilos, a la madre que día a día se preocupa por sacar adelante a sus hijos, al trabajador que entrega hasta su última gota de sacrificio; todos ellos plenamente convencidos que más allá de saciar sus necesidades, saben que con su accionar y su esfuerzo engrandecen nuestro país.
Jóvenes: dos enemigos quieren matar siempre nuestra esperanza, la ignorancia y la pobreza, no dejemos que entren, por que ellas, atacan a nuestra más grande riqueza: nuestra juventud. le dice a los oídos: no leas es aburrido, no hagas las tareas, vamos a las discotecas no te prepares, mira mas televisión, olvídate de los libros, consume drogas, haz trampa, no sigas las reglas, roba, miente, no seas leal, no cantes el himno nacional del Perú, eso es cursilería… si a eso le hiciéramos caso entonces habremos creado a los nuevos esclavos del siglo XXI, que nos someterán para siempre en una esclavitud eterna, cuando tenemos un mundo donde el conocimiento, la creatividad, el ingenio es la herramienta más valiosa para el desarrollo y la felicidad.
Con razón, ya el histórico Jorge Basadre nos decía: “Perú país problema y posibilidad, pero más que todo posibilidad. Quien de nosotros no anhela un país de verdadera democracia donde sea bueno vivir, donde seamos ciudadanos libres y responsables, donde podamos desarrollar abiertamente todas nuestras potencialidades. Soñamos con un Perú donde la formación de la persona sea una verdadera primacía. Soñamos con un Perú donde tus derechos y los míos sean realmente respetados.
Queremos un país en el cual la gente se involucre en sus metas, fines y propósitos, para engrandecerlo, enriquecerlo y con justicia poder hablar de mi peruanidad, tu peruanidad y nuestra peruanidad, porque hablar de peruanidad a los jóvenes, hoy, es lo más difícil en estos tiempos. Hacer que ustedes sientan un amor profundo y espontáneo por el suelo patrio, el legado histórico, el terruño que las vio nacer, es tarea ardua. Quizá porque pocos son los peruanos que tienen la oportunidad y la dicha de conocer y palpar en parte las grandezas, las riquezas y proezas del Perú. Al respecto viene a la memoria una frase del profesor Odrìa cuando dice: “ojos que ven el Perú corazones que sienten la patria”, y porque el proverbio nació de la gente y de su experiencia para afirma con justa razón “nadie ama lo que no conoce”, como amar al Perú si vivimos al margen de todo lo que en él transcurre.
Este acontecimiento, Fiestas patrias, al verdadero peruano, lo invade de efusividad y entonces quiere cantar y danzar al son de una guitarra, de un buen cajón y de una aguda voz. Toda la música peruana hace palpitar el corazón, sino detengámonos en un canto nacional que encierra un mensaje trascendente, que a la letra dice: “esta es mi tierra, así es mi Perú, raza que al mundo le diera la historia viril del imperio del sol, enarbolada flamea mi bandera bicolor, en costa montaña y sierra con paz, trabajo y amor. Este sentimiento que late al interior nos hace sentir orgullosos de nuestra raza que es la historia del Perú. Tenemos que ver cada vez más unida la costa, la sierra, la selva y todo el Perú.
Si de cantos peruanos se trata este mensaje no tendría fin, las siguientes frases de la composición musical “Contigo Perú” son la dosis para seguir diciéndote: “cuando despierto mis ojos y veo, que sigo viviendo contigo Perú, emocionada doy gracias al cielo por darme la vida contigo Perú, eres muy grande y lo seguirás siendo, pues todos estamos contigo Perú. Sobre mi pecho llevó tus colores y están mis amores contigo Perú, somos tus hijos y nos uniremos así triunfaremos contigo Perú. Hermoso canto que aviva la circulación.
Estudiantes: Tenemos una república joven y una tierra bendita donde hay mucho por hacer y donde TODOS somos el presente, donde hay que trabajar y estudiar HOY, porque es hoy que se forja el futuro. ¿Quieres irte porque no hay oportunidades? Estudia, viaja, aprende y regresa. Tu país lo necesita y las oportunidades se crean, las creas. Tú no necesitas morir para heredar a los tuyos un país libre, solamente tienes que vivir y seguir luchando, porque tú eres el Perú.
Por eso, frente a todos los pesimistas y los malvados, a los renegados y los renegones, a los que sacan partido de los infortunios, que nunca son mayoría, yo, en nombre de los que tienen fe, para amar y servir, para trabajar y soñar, rescato aquella frase granítica y redonda que decía José Santos Chocano: ¡VALE UN PERÚ!
La verdad que escuchar el himno nacional del Perú, según la UNESCO uno de los cinco primeros del mundo, en estas fechas causa una gran emoción. Tal vez porque es inherente emocionarme, o porque en lo más profundo de mi ser, se alberga el sentimiento o sentido de peruanidad. Me parece ver que esos colores que flamean allí en lo alto, como por arte de magia podrían ser, el rojo, color de la sangre que corre por nuestras venas y el blanco el alma de cada uno y una que se esmera diariamente por hacer de esta sociedad un espacio donde se respire paz y tranquilidad.
Lo cierto, si, Tenemos que aceptar, quizás alguna diga: “yo no amo ni conozco el Perú”, voy de mi casa al colegio- del colegio a mi casa, pero otras tantas, de seguro, y son más, sin palparlo directamente, han recorrido con la vista a través del cine, la televisión, los libros, el aula, las imágenes, el edén más preciado del mundo. En ese sentido a los peruano nos hace falta reconocer que vivimos en uno de lo países más hermosos y ricos del mundo, con una diversidad de regiones, de grupos étnicos, culturas, razas, climas y paisajes. Valorémoslo, amemos al Perú.
Pues, a pesar de la coyuntura, los problemas a todo nivel, las circunstancias difíciles y los males que se perciben diariamente, es posibles aplaudir a seres dignos de admiración, sin ir lejos: me refiero al estudiante que se esfuerza y se prepara con empeño y respeta a los mayores; al capellán que enseña con el ejemplo, al maestro que orienta concientemente porque sabe de la enorme responsabilidad que tiene con sus pupilos, a la madre que día a día se preocupa por sacar adelante a sus hijos, al trabajador que entrega hasta su última gota de sacrificio; todos ellos plenamente convencidos que más allá de saciar sus necesidades, saben que con su accionar y su esfuerzo engrandecen nuestro país.
Jóvenes: dos enemigos quieren matar siempre nuestra esperanza, la ignorancia y la pobreza, no dejemos que entren, por que ellas, atacan a nuestra más grande riqueza: nuestra juventud. le dice a los oídos: no leas es aburrido, no hagas las tareas, vamos a las discotecas no te prepares, mira mas televisión, olvídate de los libros, consume drogas, haz trampa, no sigas las reglas, roba, miente, no seas leal, no cantes el himno nacional del Perú, eso es cursilería… si a eso le hiciéramos caso entonces habremos creado a los nuevos esclavos del siglo XXI, que nos someterán para siempre en una esclavitud eterna, cuando tenemos un mundo donde el conocimiento, la creatividad, el ingenio es la herramienta más valiosa para el desarrollo y la felicidad.
Con razón, ya el histórico Jorge Basadre nos decía: “Perú país problema y posibilidad, pero más que todo posibilidad. Quien de nosotros no anhela un país de verdadera democracia donde sea bueno vivir, donde seamos ciudadanos libres y responsables, donde podamos desarrollar abiertamente todas nuestras potencialidades. Soñamos con un Perú donde la formación de la persona sea una verdadera primacía. Soñamos con un Perú donde tus derechos y los míos sean realmente respetados.
Queremos un país en el cual la gente se involucre en sus metas, fines y propósitos, para engrandecerlo, enriquecerlo y con justicia poder hablar de mi peruanidad, tu peruanidad y nuestra peruanidad, porque hablar de peruanidad a los jóvenes, hoy, es lo más difícil en estos tiempos. Hacer que ustedes sientan un amor profundo y espontáneo por el suelo patrio, el legado histórico, el terruño que las vio nacer, es tarea ardua. Quizá porque pocos son los peruanos que tienen la oportunidad y la dicha de conocer y palpar en parte las grandezas, las riquezas y proezas del Perú. Al respecto viene a la memoria una frase del profesor Odrìa cuando dice: “ojos que ven el Perú corazones que sienten la patria”, y porque el proverbio nació de la gente y de su experiencia para afirma con justa razón “nadie ama lo que no conoce”, como amar al Perú si vivimos al margen de todo lo que en él transcurre.
Este acontecimiento, Fiestas patrias, al verdadero peruano, lo invade de efusividad y entonces quiere cantar y danzar al son de una guitarra, de un buen cajón y de una aguda voz. Toda la música peruana hace palpitar el corazón, sino detengámonos en un canto nacional que encierra un mensaje trascendente, que a la letra dice: “esta es mi tierra, así es mi Perú, raza que al mundo le diera la historia viril del imperio del sol, enarbolada flamea mi bandera bicolor, en costa montaña y sierra con paz, trabajo y amor. Este sentimiento que late al interior nos hace sentir orgullosos de nuestra raza que es la historia del Perú. Tenemos que ver cada vez más unida la costa, la sierra, la selva y todo el Perú.
Si de cantos peruanos se trata este mensaje no tendría fin, las siguientes frases de la composición musical “Contigo Perú” son la dosis para seguir diciéndote: “cuando despierto mis ojos y veo, que sigo viviendo contigo Perú, emocionada doy gracias al cielo por darme la vida contigo Perú, eres muy grande y lo seguirás siendo, pues todos estamos contigo Perú. Sobre mi pecho llevó tus colores y están mis amores contigo Perú, somos tus hijos y nos uniremos así triunfaremos contigo Perú. Hermoso canto que aviva la circulación.
Estudiantes: Tenemos una república joven y una tierra bendita donde hay mucho por hacer y donde TODOS somos el presente, donde hay que trabajar y estudiar HOY, porque es hoy que se forja el futuro. ¿Quieres irte porque no hay oportunidades? Estudia, viaja, aprende y regresa. Tu país lo necesita y las oportunidades se crean, las creas. Tú no necesitas morir para heredar a los tuyos un país libre, solamente tienes que vivir y seguir luchando, porque tú eres el Perú.
Por eso, frente a todos los pesimistas y los malvados, a los renegados y los renegones, a los que sacan partido de los infortunios, que nunca son mayoría, yo, en nombre de los que tienen fe, para amar y servir, para trabajar y soñar, rescato aquella frase granítica y redonda que decía José Santos Chocano: ¡VALE UN PERÚ!
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