El autor de “La casa verde” impartió una lección de literatura y su importancia en el mundo durante la presentación de “Las guerras de este mundo”, una recopilación de ensayos sobre su vida y obra, en el marco de la XIII Feria Internacional del Libro (FIL)-Lima 2008, que concluyó el pasado 3 de agosto.
“La literatura es una forma de combatir la incomunicación que viene de la incomprensión, del prejuicio, de la intolerancia y de la desconfianza frente al otro”, dijo Vargas Llosa ante un auditorio con centenares de personas que lo aplaudieron a rabiar.
En ese contexto, el conocimiento de la literatura “es indispensable para la comunicación y el diálogo y ya sabemos que cuando no hay comunicación o diálogo, hay violencia”, recalcó el novelista, ensayista y dramaturgo.
Para el autor de “La guerra del fin del mundo” y “Conversación en la catedral” el conocimiento “se ha diversificado tanto que la comunicación entre los seres humanos se ha empobrecido” porque confina a los hombres a circunscribirse en pequeños grupos.
Pero la literatura es “uno de los poco vehículos de comunicación”, es un “denominador común entre los hombres” y por ello, “jamás debe ser una especialidad”.
“La buena literatura nos comunica y nos recuerda que somos parte de una especie”, además de conectarnos con “la gente del pasado” para “entenderla mejor, para saber de dónde venimos y a dónde vamos”, acotó.
Además, Vargas Llosa — cuya presencia acaparó la atención de más de medio millar de personas, la mayoría jóvenes que formaron largas colas para obtener su autógrafo — señaló que “Las guerras de este mundo” es un “monumento a la amistad”.
Esta publicación cuenta con aportaciones de los escritores Jorge Edwards, Alonso Cueto, Nélida Piñón y Antonio Tabucchi, y el historiador mexicano Enrique Krauze, entre otros.
El libro fue presentado por el director editorial de Grupo Planeta en Perú, Sergio Vilela, el pintor Fernando de Szyszlo, Alonso Cueto y el director del Centro Cultural de la Universidad Católica, Edgar Saba.
Al destacar el sentido crítico de Vargas Llosa, Cueto señaló que su obra recuerda permanentemente que los seres humanos no deben resignarse nunca “a la inamovilidad y a la inercia” porque “la verdad es un camino que está en discusión y no hay punto final”.
Por su lado, Szyszlo subrayó que el “cordón secreto” que explica la actitud del autor de “La tía Julia y el escribidor” es la permanente defensa de “la libertad, la belleza y la conducta (ejemplar)”.
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