La eutanasia: ¿Dejar vivir o morir?
María Elena Paz Bonilla
“El Señor quita la vida y la da;
nos hace bajar al sepulcro
y de él nos hace subir.”
(1Samuel; 2,6). Y es cierto, Dios es el único que tiene el derecho sobre
nosotros para decidir cuándo es el día
que la llama que mantiene con vida a nuestro cuerpo, se apague. Esto quiere decir que ninguna persona deberá tomar
decisiones anticipadas que atenten
contra su vida o la vida de otras personas.
De
esta forma nos referiremos a la eutanasia como dueño de la muerte procurando de
forma anticipada y pone fin, dulcemente,
a la propia vida o a la de otros.
Esta
pequeña, pero significante palabra ha sido evaluada a lo largo de la historia
por médicos, filósofos, sociólogos y religiosos. Pero en esta oportunidad la
analizaremos desde el punto de vista médico, tomando en cuenta la moral y la
ética en la que estos se basan para realizar sus procedimientos y operaciones a
los pacientes. Valores morales y éticos que ellos prometieron cumplir y respetar
cuando recitaron el juramento hipocrático, juramento por el cual se rigen todas
las acciones que ellos realizan.
En
la actualidad, la eutanasia es un gran problema a nivel mundial, ya que la
sociedad debe tomar una decisión: aceptarla o rechazarla.
Siempre
se ha hablado de la calidad de vida humana, pero esta calidad no se lograra
conseguir ejecutando esta acción. Se sabe que el ser humano tiene derecho sobre
lo que este desee hacer con su vida, pero debe recordar quien se la entrego.
Como
Isócrates expresaba: “Morir es el destino común de los hombres; morir con
gloria, es el privilegio del hombre virtuoso”. Aquí al hombre virtuoso es aquel
que acepta morir cuando sabe que su tiempo en la tierra se ha terminado. No
muere con dignidad aquel hombre que porque no supo sobrellevar sus dolores,
busco la solución más fácil, el quitarse la vida. Como, también, aquellos
doctores que porque no supieron cómo dar remedio a la enfermedad del paciente o como mantener
aun en vida a aquel hombre que estaba en su fase terminal, optaron como mejor
desenlace, la eutanasia.
Es
por eso que con este presente trabajo deseo mostrar cuán importante es la vida
del hombre y que, aunque parezca imposible, siempre hay una solución para todos
los problemas. El hombre debe evitar ir siempre por lo más fácil, debe tomar
retos y saber que con la vida no se juega, ya que es algo sagrado.
Y
que si se legaliza la eutanasia, será motivo para que todas las personas la
consideren como medida para arreglar las cuestiones de ineficiencia médica y a
la no tolerancia de la vida en las situaciones críticas.
El
término eutanasia se encuentra compuesto
por raíces griegas “eu “y “thanatos” que significan bueno y muerte. Desde
tiempos primitivos, las antiguas civilizaciones han realizado muchos tipos de
prácticas eutanásicas que consistían en acciones o rituales realizados con el
fin de dejar morir a miembros de la comunidad por diferentes razones: Edad
avanzada, invalidez, impotencias, etc.
Pero,
¿Sabía usted que el termino eutanasia empezó a usarse recién durante la cultura
Grecorromana? A partir ya del siglo IV a.C, la palabra eutanasia fue usada para
referirse a una muerte tranquila y sin dolor. Un ejemplo durante este periodo
fue el antiguo emperador romano Cesar Augusto quien, según el historiador
Suetonio, tuvo una muerte dulce a medida de sus deseos sin el padecimiento de
dolores algunos.
Ya
con el pasar de los años con la
influencia del Cristianismo, la eutanasia fue condenada, lo mismo que el
suicidio. Para el siglo XVII, el inglés
Francis Bacon introduce a la eutanasia como un acto necesario que los médicos deberían
realizar para auxiliar a los enfermos próximos a morir para que tuviesen una
muerte tranquila.
Pero
para el siglo XX y actualmente en el siglo XXI
nos encontramos otra vez en
dicha situación de conflicto: ¿Aceptar que el médico aplique la eutanasia para
que el paciente “muera de forma digna “o rechazar dicha opción?
El considerable avance de la Medicina en los últimos años ha
llevado a evaluar si es obligatorio usar todos los medios posibles para
mantener a una persona viva o si se ha de usar toda la terapia disponible, aun
cuando hay pocas posibilidades de obtener algún progreso en cuanto a la salud
del paciente.
El médico como se sabe lleva a cabo un periodo de preparación de 7 años y ,
dependiendo de algunos, se especializan 3 años más, sin aumentar los años de
estudio para sus maestrías , títulos y doctorados. Durante todo ese tiempo de
preparación el galeno debe
encontrarse bien entrenado con respecto
al manejo de los diversos niveles de analgesia para aplicarle a un enfermo cuantas veces sea conveniente. Si
no ha conseguido con esto el control del dolor del paciente se requerirá
utilizar pautas de sedación en las que exista la capacidad de despertar. Y si
el paciente se encuentra en su fase terminal, pues deberá permanecer bajo el
intensivo cuidado médico y la atención de la enfermera. El médico debe intentar
de todo, pero no puede quitarle la vida
al paciente, ya que estaría atentando contra los derechos humanos y faltaría
contra su ética médica.
Tal como expresa el Juramento Hipocrático: […] En cuanto
pueda y sepa, usaré las reglas dietéticas en provecho de los enfermos y
apartaré de ellos todo daño e injusticia. Jamás daré a nadie medicamento
mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo;
tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y
practicaré mi arte de forma santa y pura. […]”. El galeno al recitar dichas palabras ya está que se compromete desde un principio al pleno cuidado de la vida del
paciente, ofreciéndole la seguridad de que él se encuentra física y mentalmente
preparado para cualquier tipo de
acontecimientos que puedan ocurrir durante el periodo que el paciente se
encuentre bajo su custodia . Remarcare aquí de nuevo esta pequeña frase del
Juramento “[…] Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me
soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo […]”. Aquí el facultativo es explícito en decir que
todo aquello que él aprendió con
dedicación y esmero será aplicado en el paciente. Aquí su ética médica hace que
el ejercicio de su profesión no se desvié de las metas que ha tenido hasta
ahora la medicina, sabiendo que el único objetivo de esta es aliviar el
dolor y no prolongar la vida del
paciente de forma inhumana. Así el paciente pida y exija al médico el acabar
con su vida, el no deberá hacer caso, el
por el contrario, deberá enseñar al paciente a morir con dignidad y a aceptar
la muerte como una realidad inevitable.
Es
cierto y entendible que a muchos de nosotros no nos gustaría estar postrado en
una camilla con una enfermedad terminal, y en estos casos uno se pone a meditar,
¿Dios tendrá piedad de mí y me aliviara este dolor llevándome ya a su lado? O
¿Debo pedir al doctor que acabe ya con mi sufrimiento? Quienes ven a la
eutanasia como una forma digna de
fallecer se centran en la idea de
que el hombre es dueño de su vida y él tiene el derecho de elegir lo que mejor
le convenga para la mejora de su salud o para terminar con sus malestares, es
decir que el paciente debe manifestarse ejerciendo su autonomía. De acuerdo al Principio de
libertad moral, “Todo ser humano es agente moral autónomo y como tal debe ser
respetado por todos los que mantienen posiciones morales distintas”. Es cierto,
a cualquier paciente se le debe respetar sus ideas por mas erróneas que estén,
pero no puede afirmar que el que le quiten la vida sea un derecho que el posee.
El aplicar la eutanasia no está instituido dentro de los Derechos Humanos, el
derecho a la autonomía personal no es superior al deber del Estado a amparar la
vida de los individuos bajo su potestad.
Muchas
veces este concepto de calidad de vida se confunde con el valor que la vida
tiene. La salud de una persona no determina cuan digna esta pueda ser, ya que
la salud no posee vida, sino que participa dentro ella y la dignidad no
desaparece por presentar una enfermedad, sino cuando el paciente solicita la
aplicación de medicamentos o prácticas peligrosas ejecutadas por el médico para
acabar con su vida.
Aquellos que están a favor de este acto afirman que al aplicar la eutanasia, se acaba
con la agonía del paciente y con la de sus familiares, que sufren también al
ver en tal estado de salud en que se encuentra su pariente; planteando así que
la eutanasia es un acto humanitario, ya que el medico aplica el principio de
beneficencia, es decir que tiene compasión del paciente al verlo en dicha
situación agonizante y planea aplicar la eutanasia como si fuese un acto
virtuoso , creyendo de esta forma que está ejerciendo correctamente su
profesión .
Las
palabras “es que querían acabar con su dolor, por eso lo hicieron” o “es que
les daba pena verlo sufrir” no son
válidos por la ética médica. El enfermo que se encuentra en fase terminal no
tiene la capacidad de tomar una decisión clara, él podría aceptar acabar con su
vida dejando de seguir el tratamiento dado por el médico por obligación de
otras personas. Además aquí el médico, prácticamente, está asistiendo al
suicidio del paciente y esto último deja de ser suicidio y se convierte en
homicidio, a pesar de que lo haya hecho por compasión.
Pero
aquí la palabra “compasión “se confunde ya que no se está usando el termino
apropiadamente. Por compasión uno no elimina la vida del ser humano que sufre,
sino que busca aliviar el sufrimiento de
esta persona.
María
de Hennnezel, psicóloga y psicoanalista francesa en contra de la eutanasia en
su libro “La tentación de la eutanasia” considera que :” La eutanasia es una
opción que utilizan algunos médicos en lugar de recurrir a otras posibilidades
de atención y acompañamiento que permitirán a muchos enfermos encontrar la paz
al momento de su muerte “. Y tal como lo expresa la psicóloga ,los médicos
deben estar preparados en cuanto a los cuidados paliativos, que son una serie
de remedios que reducen la violencia, ya que sin esta preparación el galeno no
reconocerá cuando deberá suspender las acciones médicas dirigidas a la curación
para aliviar el dolor y lo fundamental
que plantea, es que el médico sepa dar
lugar a la muerte y tolerar el dolor del paciente, aunque no se pueda
curar, aun se puede hacer mucho por él y mejorar su situación . Se debe recordar que asistir el suicidio va
en contra del compromiso del médico de curar y tratar la enfermedad y como expresaba ya antes, va en contra de sus
códigos tradicionales éticos-médicos. Ser consciente de que al aceptar esto,
llevaría una completa desconfianza de las personas al ejercicio de la profesión
del galeno. Se debe tener presente que
el fin de esta ciencia es el progreso del ser humano y que el facultativo de la salud también tiene su autonomía y no
debe ser presionado para actuar en contra sus valores profesionales, y si no es
obligado, deberá tener siempre presente los compromisos que prometió cumplir
antes de ejercer su profesión.
Concluyo
diciendo que el tema de la eutanasia es un tema altamente controversial que se
viene debatiendo desde el siglo XX ya que existen países que piden su
aprobación para eliminar la vida de un ser humano poniendo como justificación
el hecho de darles una “muerte digna” y sin sufrimiento alguno . El hecho de
respetar la decisión de una persona no quiere decir que provoquemos la muerte
de otro ser humano. Nosotros como personas católicas sabemos de qué el ser
humano no tiene la potestad de acabar con su propia vida y solamente Dios es el
único ser que determina hasta cuando deberemos vivir, el quitar la vida es
atentar contra el plan que tiene Dios sobre nosotros en la tierra y el proceso
de sufrimiento de la persona es vista ante los ojos de Nuestro Padre como un
arrepentimiento por nuestros pecados.
El
suicidio nunca deberá ser una opción ética
.La vida humana tiene dignidad y esta no se pierde por presentar una
enfermedad.
El
medico deberá estar bien preparado ante cualquier hecho para ayudar a aliviar
el dolor del paciente a través de distintas medidas y deberá motivar al
paciente a que tome la vida como algo preciado, a pesar de que el paciente
suplique por su muerte, el galeno deberá mantenerse firme y seguir sus leyes
éticas y morales sin atentar contra la vida del enfermo.
Seguiré
recalcando que la vida no la hemos heredado uno mismo y por lo tanto no podemos tomarla, este
argumento es el más sólido que combate contra aquellos que están a favor. La
autonomía del enfermo no sugiere que este haga con ella lo que se le plazca, la
compasión no se puede justificar con el quitar la, pero el aliviar el dolor y
el sufrimiento, eso es querer a la vida. No se puede tratar a la vida como si
fuese un objeto, la vida debe ser valorada y respetada por todos , por el
enfermo , por los profesionales de salud y
por los parientes del enfermo, no existen excepciones.
Y
se debe tener una gran consideración sobre este tema ya que si se llega a
legalizar, esto será motivo de muchos asesinatos por parte de los médicos a los
pacientes, se podría convertir en una terrible amenaza para la sociedad y la medicina caerá en contradicciones con
respecto al erróneo ejercicio de su
actividad y se desconfiara de la
capacidad de los facultativos con
respecto a su preparación para afrontar
las difíciles situaciones y se sanar y salvar las vidas humanas.
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Eutanasia
concepto legal: Ramon Marcia Gomez ( Magistrado Jubilado) Junio del 2008. Http://www.eutanasia.ws/hemeroteca/z14.pdf.
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