LEGALIZACIÓN DEL MATRIMONIO HOMSEXUAL
C.E.P “ROSA MARÍA CHECA”
Congregación del Buen Pastor
APELLIDOS Y NOMBRE DE LA AUTORA
Collantes Piscoya Grecia Naomi Yasmeén
GRADO Y SECCIÓN: Quinto“B”
DOCENTE ASESOR:
Flor Chirinos Sánchez
LEGALIZACION DEL MATRIMONIO HOMOSEXUAL
Actualmente
nos encontramos en una situación en la cual se ha puesto en discusión si el
matrimonio, fundamento de la familia y divino sacramento, es esencial e
inevitablemente heterosexual, o si puede darse como estatuto de “matrimonio” al
engarce de dos personas del mismo sexo.
Toda
esta polémica comenzó con la aprobación del matrimonio civil entre homosexuales
el pasado 15 de Julio de 2011, poniéndose en debate un tema de suma importancia
para la comunidad LGTTB (lesbiana, gay, travesti, transexual y bisexual) en
América Latina: el derecho universal al matrimonio y adopción de niños por
parejas del mismo sexo.
Lamentablemente
en el Perú ya existen dos iniciativas legislativas, el proyecto de ley
promovido por el congresista Carlos Bruce y el proyecto de uniones civiles por
el congresista José Vargas, ambos inspirados en el ejemplo argentino.
Como
bien se ha mencionado la polémica sobre la legalización de las parejas homosexuales,
está teniendo un rápido despliegue en el mundo occidental, nos tienta a
encerrar la discusión en un circuito de apreciaciones terminológicas, aunque de
fondo antropológico. ¿Es aplicable el concepto de matrimonio a cualquier unión
entre personas con reconocimiento social, cultural y jurídico? Quienes
responden afirmativamente suelen usar criterios derivados de la igualdad de las
personas ante los derechos humanos. Los que responden negativamente recuerdan
la etimología de la palabra latina matrimonium: el derecho de ser madre dentro
de una legalidad.
El
término, presupone la relación entre un hombre y una mujer de donde puede
surgir una nueva vida, no deja el menor resquicio para la duda. Vista así, la
respuesta al problema del “matrimonio homosexual” es de una obviedad
arrasadora. En caso de adentrarse en el fondo del debate obligaría a un
replanteamiento del asunto desde perspectivas históricas, sociales, filosóficas
y, de manera estricta legales.
Según
las reglas estrictamente legales, los derechos y obligaciones de los cónyuges
son principalmente los de cohabitación, fidelidad y asistencia, igualdad en el
hogar, alimentación y educación de los hijos, entre otros. Asimismo, se generan
derechos patrimoniales, donde podemos estar ante una sociedad de gananciales o
separación de bienes en cada caso. Incluso la unión de hecho de dos personas en
nuestra legislación se refiere siempre a que sean de sexo distinto, en ningún
momento hace mención sobre dos seres del mismo sexo, lo cual quiere decir que
las reglas, anteriormente nombradas, no se aplica en ese tipo de relaciones.
El
vínculo matrimonial se crea y se puede extinguir, y todo ello está legislado
ampliamente en el Perú. Están legislados también los derechos sucesorios de los
cónyuges y las relaciones concernientes a los hijos en los casos de disolución
del vínculo matrimonial, para el matrimonio homosexual, no se aplicaría nada de
esto, ya que ni siquiera pueden concebir hijos y, en el caso de hacerlo, irían
contra todas las leyes naturales.
De
aprobarse legalmente el matrimonio entre personas de un mismo sexo tendríamos
como resultado que todo lo antes expuesto debería que aplicársele por igual.
¿Qué ocurre ahora con parejas homosexuales que pasan toda su vida viviendo como
si fueran un matrimonio? Básicamente no se les puede aplicar las reglas que
regulan los derechos y deberes que surgen de un matrimonio, porque no están
reconocidos como tales, pero sobre todo ¿vale la pena realizar toda una
revolución, por el simple hecho de aceptar algo que va en contra de todo lo que
en su debido momento nos han instruido que es incorrecto?
Pues
con la aprobación de proyecto de ley el matrimonio se vería gravemente
trastocado, ya que una vez legalizado no habría límite racional para otros
tipos de uniones y es que los límites que plantea el matrimonio se
desvanecerían dando iniciativa a que otros actos inmorales, como el matrimonio
de pedófilos, zoófilos o incluso el incesto sean aceptados en el país.
Todo
lo anterior mencionado rompería con los esquemas de la ley natural, pues de
legalizarse el matrimonio homosexual, se deberá legalizar la adopción de niños a
homosexuales, lo cual, no le convendría al estado, pues orfanatos externos al
país, o bien sean católicos, se rehusarán a entregar a los menores, y con toda
razón, ya que quieran o no un niño necesita de la imagen de papá y mamá, además
es su derecho como persona, porque para su
bienestar, el niño debe ser criado bajo la influencia de un hombre y una mujer.
Esta regla se confirma en las dificultades evidentes que tienen que afrontar
tantos niños huérfanos, o criados por sólo uno de los padres, o un familiar, o
padres adoptivos.
Legalizar
dicho matrimonio implicará a la larga que el estado ponga penas de cárcel o
multas a quienes critiquen a miembro de la comunidad LGTTB; por ejemplo en
Suecia, donde hay uniones homosexuales desde 1995 con adopción de niños desde
2002, se decretó pena de cárcel para un pastor pentecostal que básicamente se
limitaba a predicar las palabras de San Pablo sobre la homosexualidad, esto
significaría la manera en que se vería oprimida la libertad de expresar lo que
nuestra religión nos dictamine, pero sobre todo porque va en contra de todas
las bases asentadas por la religión, ya que toda persona que cree en Dios
defiende su moralidad, por consiguiente, alguien que profesa amar a Dios se
debe oponer a ese “matrimonio”.
Dicha
legalización no traería solamente cambias en el aspecto social, sino también
educacional, ya que el Ministerio de Educación deberá cambiar el contenido de
algunos libros por cosas como la enseñanza de la doctrina sobre las
asociaciones homosexuales, que la homosexualidad es normal. Lo bueno que es
tener dos papás y, sobre todo, que los niños deben experimentar con su
sexualidad para descubrir qué sexo les atrae más; simplemente de imaginarse el
padre de familia lo que tendrá que estudiar su hijo todas sus ganas de enviarlo
al colegio se le esfumarán. En la esfera privada, los padres que se oponen al
“matrimonio” homosexual verán a sus niños expuestos más que nunca a esta nueva
“modalidad”, los negocios que ofrecen servicios para bodas se verán forzados a
proveerlos para las uniones de parejas del mismo sexo, y los dueños de
propiedades para alquiler tendrán que aceptar parejas del mismo sexo “casadas”
como arrendatarios.
Las
consecuencias negativas también se harían notar en la imagen externa que el
país brindará, porque se verá como un lugar que convalida y promueve el estilo
de vida homosexual, con todas sus variantes bisexuales y transexuales con el
reconocimiento legal del “matrimonio” entre ambos sexos, obscurecería
necesariamente ciertos valores morales, devaluaría el matrimonio tradicional, trayendo
la debilitación de la moralidad pública, todo ello se debería a que las leyes
civiles son la base de todo hombre y, al implantar una nueva concepción de ver
y desarrollarse en su entorno, modificaría profundamente la percepción y la evaluación
de las formas de conducta de todas las personas.
Como
otra mala consecuencia tenemos el hecho de que se deberá permitir y aceptar a
personas homosexuales en cargos relacionados a la política, encontrándose más
cerca y libres de poder implantar cualquier otra ley que se les plazca y,
aunque en nuestro país quiera tener otro significado, para los demás países
será como “lo que los occidentales llaman democracia es vicio y degeneración”
en pocas palabras llamar “derechos humanos” al matrimonio homosexual va a
servir para erosionar los verdaderos derechos humanos, porque el mundo oriental
está basado en una ideología donde la concepción de la idea sobre dos personas
del mismo sexo uniéndose es algo imposible, un ejemplo de países con esta
ideología son China e India, en ambos países a los homosexuales se les
considera lujuriosos, impúdicos y escandalosos.
Por
último los activistas homosexuales sostienen la opinión que el “matrimonio”
homosexual es un asunto de derechos civiles similar a la lucha por la igualdad
racial en los años 1960. Esto es totalmente falso.
Comenzando
en primer lugar, que el comportamiento sexual y la raza son conceptos
diferentes. Un hombre y una mujer que quieren casarse pueden ser diferentes en
sus características, ya que ninguna de ellas son dificultades irremontables
para el matrimonio. Los dos individuos siguen siendo un hombre y una mujer; y
por lo tanto, los requisitos de la naturaleza son respetados, después de todo
ambos lograrán procrear a otro ser, salvo si uno de ellos sufre de
infertilidad.
Todo
lo contrario es el “matrimonio” homosexual, el cual le da la contra a la
naturaleza. Dos individuos del mismo sexo, sin tener en cuenta su raza,
riqueza, estatura, erudición o fama, nunca podrán casarse por una imposibilidad
biológica infranqueable. En segundo lugar, las características raciales
heredadas e inalterables no pueden ser comparadas con el comportamiento no
genético y cambiable. Simplemente no hay ninguna analogía entre el matrimonio
interracial de un hombre y una mujer y el “matrimonio” entre dos individuos del
mismo sexo.
En
conclusión dentro del entorno en el cual se desarrolla el peruano impera una humillante
desigualdad económica y buena parte de la legislación es papel mojado que
seguirá alimentando esa cultura de la jungla, donde el peruano es el otorongo
para otro peruano, y donde el puma grande se come al cuy chico. Y sin embargo,
justamente por ese tremendo atraso cultural que padecemos, propuestas como una
ley de matrimonios homosexuales han de ser presentadas y debatidas sin tener en
cuenta la cantidad de problemas que ello traería.
Ahora
tengamos en cuenta que la aprobación del proyecto sobre el vínculo matrimonial
homosexual no sólo producirá efectos jurídicos, sino también "una generalización del empleo de la
palabra matrimonio y las restantes de su misma familia semántica para hacer
referencia también a esa nueva realidad social de la unión de dos personas del
mismo sexo reconocida legalmente". (Grassi, 2003). Eso quiere decir que la
palabra matrimonio perdería su verdadero valor, ya que pasaría a significar
cualquier tipo de unión entre sexos diferentes o iguales.
Para
colmo tendríamos que soportar el hecho de vivir en una sociedad donde en cada
esquina sería normal que encontrásemos parejas de homosexuales, viéndonos en la
situación de explicarle a cualquier menor sobre ello y es que ¿Cómo explicarle
a un niño que tal comportamiento es normal? Porque dichos actos provocarían el
despertar de la curiosidad por parte de los niños y haría que en ellos
comenzasen a formularse una variedad de insólitas cuestiones.
Finalmente
lo único que queda por decir es que no debemos permitir que dicha ley sea aprobada,
aún peor si se debe únicamente por la influencia de otros países.
Fuentes Bibliográficas:
·
Villar, M. (S.F). Matrimonio homosexual
y adopción por parejas del mismo sexo. Recuperado de,
http://www.thefamilywatch.org/doc/doc-0142-es.pdf
·
Grassi, D. (S.F). Matrimonio entre
personas del mismo sexo. Recuperado de,
http://www.aksioma.org/demokino/spa_matrimonios_entre_personas_del_mismo_sexo.pdf
·
Fuentes,M. (S.F). Matrimonio entre
homosexuales. Recuperado de,
http://espaciolaical.org/contens/11/4550.pdf
A pesar de haberme llevado un buen tiempo realizar mi ensayo, puedo decir con orgullo que logré culminarlo con éxito, pues en él plasmo mi simple forma de pensar, sin querer perjudicar a nadie. Después de todo respeto las ideas de los demás respecto al tema que he desarrollado.
ResponderEliminar