ASIGNATURA: Lengua y comunicación II
PROFESORA: Flor Chirinos
ESTUDIANTE: Gines Carrillo, Junior
TEMA: Sufrimiento y soledad en los poemas de Vallejo
CICLO: II
SUFRIMIENTO Y SOLEDAD EN LOS POEMAS DE VALLEJO
GENERALIDADES
Autor:
César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, el 16 de marzo de 1892, pueblo en una zona alta de la región de la Libertad, en el Perú. Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. César fue el menor de once hermanos. Su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos; es quizás que la profesión de sus dos abuelos tenga que ver con los poemas dirigidos a Dios. En 1916 frecuenta con la juventud intelectual de la época agrupada en la "bohemia trujillana", también conocido como el "Grupo Norte", donde figuran Antenor Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, Juan Espejo Asturrizaga, Macedonio de la Torre y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publica sus primeros poemas en los diarios y revistas locales (algunas de las cuales son recogidas por publicaciones de Lima) y se enamora de María Rosa Sandoval, joven atractiva e inteligente, que fue la musa inspiradora de algunos de sus poemas de "Los heraldos negros".Llega a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a quien los más jóvenes consideraban entonces un maestro y guía. También conoce a Abraham Valdelomar y a José Carlos Mariátegui, con quienes hace profunda amistad. Asimismo, publica algunos de sus poemas en la Revista Suramérica.
"Los Heraldos Negros" aparecerán no en 1918 como lo indica la edición sino en 1919.
1920: En agosto sale para Santiago de Chuco pasando por Huamachuco, pronunciando una conferencia que produce escándalo pero ahí llega sólo para verse mezclado en un sangriento conflicto local que degenera en incendio. En un impulso, bien característico de Vallejo se dirige en conciliador a los lugares del atentado. Su sola presencia hace que las autoridades, tan parciales como incompetentes, lo acusen por incendiario y disturbios políticos.
1938: El domingo 13 de marzo, se tiende después del almuerzo para reposar un instante. Al día siguiente tiene fiebre. . . carece totalmente de apetito. . . amigos médicos compatriotas suyos le visitan recetándole una que otra pastilla sin tratarlo propiamente -Vallejo está mucho más grave de lo que ellos creen-. Paternal, pero despreocupado, Arias Schreiber, entre otros, exclama: ¡Nunca se hubiera visto morir a un hombre que sólo está cansado! Alertado por el Dr. Porras, por entonces delegado a S.D.N. la legación peruana en Paris decide el traslado de Vallejo a una clínica. Durante dos días Vallejo rechaza este traslado: "Si esto me compromete". El 24 de Marzo sin embargo, acepta por fin esta angustiosa pero imprescindible solución, y el médico Lejard, médico del ministro Calderón queda designado como único médico ejecutivo de Vallejo, quien tampoco atribuye mayor gravedad al estado de su paciente, quien por suprema desgracia "le cae mal".... Tendido en su último lecho, no habrá quien se sienta suficientemente garantizado por la genialidad de Vallejo, la que nacerá póstumamente, como para arriesgar unos 2 o 3 mil francos (de los antiguos ) para salvarle la vida. Después de una dura agonía muere Vallejo el viernes santo, 15 de abril de 1938, a las 9 y 20 de la mañana.
Vallejo fue un hombre “golpeado” por la vida, desde la infancia hasta la muerte, y su poesía nos habla de ello sin reparos desde “los golpes sangrientos” de Los heraldos negros que le asaltan “como potros de bárbaros atilas”, al comienzo de su carrera poética, hasta los golpes finales, cuando premonitoriamente habla de su muerte en “París, con aguacero” diciendo “César Vallejo ha muerto, le pegaban todos sin que él les haga nada”. El tema del sufrimiento le obsesiona y se manifiesta en la repetición de palabras como ataúd, entierro, luto, mortaja, enfermo, orfandad, etc. Esta obsesión de Vallejo por esos temas afines es la que ha permitido hablar a los críticos de la “visión fúnebre de la vida” de nuestro poeta. La muerte de los seres queridos, la pobreza, la cárcel en Lima, la distancia y la enfermedad son componentes de su vida desde el principio hasta el final.
¿Conoció Vallejo el sufrimiento y la soledad?
El sufrimiento humano es uno de los temas más resaltantes de los poemas de Vallejo. Cuando a uno lo asalta el sufrimiento, es posible que de pronto sienta que su dolor es el más inmenso, que aplasta con fuerza, paraliza y amarga. Es así como MONGE decía en cierta ocasión “Vivir es sufrimiento, sobrevivir es encontrar sentido al sufrimiento”; puede que Vallejo trate de expresar en “Los Heraldo Negros”, este tema cuando dice “¡Hay golpes en la vida tan fuertes!.... Vallejo en forma paralela sufre horriblemente y patentiza en palabras, musitando su horrible y desconcertante sufrimiento, súbitamente las palabras conceptúan el sufrimiento y este, se convierte en ritmo, es decir, se convierte en poesía.
Quizás fueron tantos los problemas que sufrió nuestro poeta para plasmar con tanta realidad este sentimiento de dolor y sufrimiento que sale de lo más profundo de su corazón. Cada uno de los párrafos de este poema nos tiene algo que decir como: la resignación del hombre de todo lo que sufre…. “Yo no se”, además el sufrimiento hace que pronuncie aclamaciones a Dios y replicarle… “Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios”, dando a entender con ello que el verdadero Dios es el hombre porque él solo enfrenta sus problemas y ni siquiera cree que Dios se preocupe de ellos, puesto que Dios se encuentra bien y no le interesa nada de su creación; así como nos expresa el autor, angustiado…”Yo nací un día/ que Dios estuvo enfermo; pero verdaderamente Dios es el culpable del sufrimiento del hombre. MONGE sostiene “Dios nuestro señor no causa el dolor de las criaturas, pero lo tolera, porque después del pecado original forma parte de la condición humana.” Asimismo, siente la llegada de la Muerte. Lo sorprendente es que se nos muestra a un Vallejo resignado a morir, que pronostica la culminación de tanto sufrimiento en los siguientes poemas. “Me moriré en Paris con aguacero…”, como también “… Y no saben porque en mi verso chirrían, oscuro sinsabor de féretro…”, y “… a fuerza de rodar a la aventura, que no puede parar sino en un hueco, en el hueco de inmensa sepultura.” el mejor de los poetas peruanos le dice adiós a la vida, cada uno de estos fragmentos son tan reales, tan humanos que nos imaginamos a un Vallejo cansado, cansado de sufrir tantos males en la vida una vida llena de dolor.
La soledad que nos muestra va de la mano con el sufrimiento, que solo nos damos cuenta en como sufría injustamente en una húmeda celda. Desde mi criterio Vallejo murió olvidado por todos.
Es por ello que SOBRADO sostiene que “La soledad puede espantar, puede también matar las ilusiones y apagar la alegría y encender la amargura y, quizás, avivar el egoísmo…”
Vallejo nos dice “Hoy no ha venido nadie a preguntar; ni me han pedido en esta tarde nada...”; de donde le viene al poeta esta propuesta: de la soledad, el sentir que esta muerto en una tarde en donde nadie pregunta por él.
Desde la soledad de las “cuatro paredes de la celda” (el cuatro es “símbolo del mundo cerrado, símbolo de la soledad”) añora la presencia de la madre “libertadora”. Es el grito del huérfano pidiendo la presencia que libera: “Amorosa llavera de innumerables llaves, si estuvieras aquí...”. Pero la experiencia personal se convierte en signo de la condición humana en el mundo. El mundo es una cárcel, no un hogar, pero el ser humano tiene hambre de cariño y de hogar. Por eso la imagen de la madre se proyecta hacia el futuro de Vallejo y de la humanidad.
Para Vallejo el tema más importante es el hombre y todo lo que él es, por ello toma su vida como un claro ejemplo de sufrimiento y soledad, teniendo como fin lograr orientar a las personas a que se unan por las causas justas en las que ellos serían los únicos beneficiados. Vallejo en su poema “Masa” parte de un hecho muy real y muy simbólico, la agonía de un ser humano, que nos duele, nos desespera y nos hace experimentar nuestra impotencia: “¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!”. Pero el poema es, al mismo tiempo, una negación de esa impotencia porque el hombre, la humanidad, puede experimentar una fuerza que resucita en la solidaridad humana. Es el ruego común “quédate hermano” el que emociona al cadáver y lo incorpora a la vida. Lógicamente, ni el amor ni la solidaridad pueden devolver la vida a un muerto real. La muerte y el cadáver son para Vallejo símbolos de la situación del hombre en el mundo en el que puede ser un “cadáver de una vida que nunca fue”. Lo que el poema propone es la esperanza del poeta de que la solidaridad humana puede ser una energía poderosa para reanimar un mundo en el que a cada rato experimentamos el dolor y la muerte. De este modo, Vallejo nos habla del valor supremo del hombre y de su vida y de la esperanza que le anima. Si nos unimos todos en la causa de la vida, el sufrimiento humano y la misma muerte retrocederán. “…Entonces, todos los hombres de la tierra/lo rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente, abrazó al primer hombre; echóse andar…”
Es por ello que finalizo dando mención al poema “Los Heraldos Negros” que nos permite conocer los sentimientos de un hombre triste que describe a la perfección cómo se siente enfrentarse a los golpes que irrevocablemente se presentan en la vida de todo ser humano.
Vallejo nos muestra la religión a su manera, quizás se puede notar a un poeta que dirige continuas blasfemias, pero que muy dentro de él nos da a conocer su lado humano, su lado divino.
La soledad siempre acompañó a Vallejo, con la pérdida de personas muy cercanas a él, y que significaba un golpe duro en el ya cansado poeta. Es por ello que en sus poemas se puede notar que pronostica su pronta muerte, a la cual no teme. El objetivo primordial de Vallejo era humanizar a las personas, darles una ideología de unidad y de lucha.
En la mayoría de los poemas de Vallejo, se resalta el sufrimiento de las personas, tomándose como ejemplo él mismo. Sin duda cada uno de los problemas que afrontó son muy importantes para la realización de estos extraordinarios poemas.
Obras:
Poesía
1919- Los heraldos negros
1922- Trilce
1936- Nómina de huesos
1937- España, aparta de mí este cáliz
1937- Sermón de la barbarie
1939- Poemas humanos
1942- Antología de César Vallejo
Ficción
1923- Escalad melografiadas, talleres tipografía de la penitenciaria (cuentos)
1931- Tungsteno (novela)
1931- Hora del hombre (novela)
Libros de Referencia
1932- Rusia en 1931: reflexiones al pie de Kremlin
1932- Rusia antes del segundo Quinquenal
Drama
1937- La piedra cansada
Artículos
1923- Fablá salvaje
1925- La carta de Paris
1925- Entre Francia y España
1925- Wilson y la vida ideal en la cuidad
1926- Menos comunista y menos fascista
1926- Estado de la literatura española
1926- El secreto de Toledo
1926- El enigma de los EEUU
1927- La vida como Match
1927- Los hombres de la época
1928- El parlamento de post-guerra
1928-La diplomacia latino-americana
1928- La juventud de América en Europa
1928- La Semana Santa en Paris
1929- La megalomanía de un continente
1929-El espíritu universitario
1929- El concurso de belleza universal
1929- Las lecciones del marxismo
1935- Los incas redevivos
1936- El hombre y dios en la escultura inca (francés)
1936- Recientes descubrimientos en el país de los incas (francés)
1937- Las grandes lecciones culturales de la guerra española
1937- America y la idea de imperio de Franco
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ESCOBAR, Alberto, Cómo Leer a Vallejo, Lima, Villanueva, S.f.
MONGE SANCHEZ, Miguel Ángel y LEÓN GOMEZ, José Luis, El sentido del sufrimiento, 2 ed., Madrid, Ediciones palabra, 1999.
SOBRADO, Clemente, Palabras para el camino: Cómo vencer el dolor, tomo 3, Lima, Grupo Santillana, 2002.
SOBRADO, Clemente, Palabras para el camino: Cómo superar la soledad, tomo 5, Lima, Grupo Santillana, 2002.
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