La Dama de las Camelias por su autor Alejandro Dumas se inspiró para crear esta inmortal y romántica heroína (que Verdi a su vez recreó cambiando el nombre de Margarita Gautier por el de Violeta Valery en su famosísima ópera La Traviata) en una figura real: Marie Duplessis, cortesana de raro y exquisito refinamiento, que fue su amante, y que murió, como la heroína de ficción, muy joven, y asimismo de tuberculosis.“La persona que me sirvió de modelo para la heroína de La Dama de las Camelias se llamaba Alphonsine Plessis, quien se había compuesto el nombre más eufórico y destacado de Marie Duplessis”, reveló Dumas hijo en 1867, 19 años después de la primera edición de la pieza.Según su autor, el personaje original era grande, bien formada, de pelo negro y rostro “rosa y blanco. Tenía la cabeza pequeña, de largos ojos como una japonesa, pero vivos y finos, los labios rojos de cerezas y los más bellos dientes del mundo...”.Sin embargo el autor la conoció en 1844 cuando la opulencia de su belleza comenzaba a apagarse a causa “de un mal del pecho”, elípsis para evitar nombrar a la temible tuberculosis que en aquella época era incurable.La joven Duplessis murió en 1847 a la edad de sólo 23 años, narraba Dumas hijo.
“Fue una de las últimas y únicas cortesanas que tenían corazón” explicó el autor sin ocultar su simpatía por aquella mujer que él ayudó a inmortalizar.La novela apareció un año después de su muerte. Para quienes se pasean por París, Dumas hijo tiene una propuesta: si en el cementerio de Montmartre, ustedes piden ver la tumba de La Dama de las Camelias, el guardián los conducirá a un pequeño monumento cuadrado que lleva escrito sólo éstas palabras: “Alphonsine Plessis, una corona de camelias blancas artificiales, selladas en el mármol blanco. Esta tumba tiene hoy su leyenda. El arte es divino, crea o resucita...”
Argumento
Alejandro Dumas (hijo) narra en su novela La Dama de las Camelias (1848) la historia de Margarita Gautier -cortesana en el París del siglo diecinueve- quien sintiéndose redimida de su pasado por el auténtico amor que por ella profesa Armando Duval -joven perteneciente a la alta burguesía provinciana- decide recluirse con este último en el campo.
Alejandro Dumas (hijo) narra en su novela La Dama de las Camelias (1848) la historia de Margarita Gautier -cortesana en el París del siglo diecinueve- quien sintiéndose redimida de su pasado por el auténtico amor que por ella profesa Armando Duval -joven perteneciente a la alta burguesía provinciana- decide recluirse con este último en el campo.
Gautier/Duplessis guarda la esperanza de disfrutar del amor verdadero durante los últimos días de su vida, ya que no considera la posibilidad de poder sobreponerse a la terrible tuberculosis que la afecta.
Jorge Duval -padre de Armando-, se presenta de improviso, y en un encuentro a solas con Margarita, le ruega que abandone a su hijo, aduciendo que la familia del prometido de su otra hija, rehusa realizar el matrimonio por el escándalo que supone que Armando conviva con una conocida cortesana.
Margarita resuelve sacrificarse en aras de la felicidad de la pura e inocente joven, fingiendo abandonar a Armando por un nuevo, aristocrático y adinerado amante, y volver a su antigua vida licenciosa.
Armando, enloquecido de furia y celos, la humilla en público cruelmente durante una fiesta, arrojándole un fajo de billetes “en pago de sus favores”.
Jorge Duval -padre de Armando-, se presenta de improviso, y en un encuentro a solas con Margarita, le ruega que abandone a su hijo, aduciendo que la familia del prometido de su otra hija, rehusa realizar el matrimonio por el escándalo que supone que Armando conviva con una conocida cortesana.
Margarita resuelve sacrificarse en aras de la felicidad de la pura e inocente joven, fingiendo abandonar a Armando por un nuevo, aristocrático y adinerado amante, y volver a su antigua vida licenciosa.
Armando, enloquecido de furia y celos, la humilla en público cruelmente durante una fiesta, arrojándole un fajo de billetes “en pago de sus favores”.
A través de la lectura del diario íntimo de Margarita, Armando se entera de su abnegación y sacrificio, aunque ya es demasiado tarde. Margarita, abandonada por todos salvo por la fiel ama de llaves y su mucama, muere clamando por Armando, único y verdadero amor de su infortunada vida.Armando, con la excusa de cambiar de sitio la tumba de Margarita, contempla desolado el cadáver de ésta, por última vez, en la escena que abre la narración de Alejandro Dumas.
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