Mensaje: No quemar la juventud
El papa Benedicto XVI en un encuentro extraordinario con los jóvenes, proporcionó algunos criterios fundamentales para los jóvenes, pero también para todos los que tienen que ver con ellos, maestros, padres de familia primeros y primerísimos educadores de sus propios hijos adolescentes y jóvenes. El Papa señaló un criterio importante, que es clave entender para los jóvenes y ayudarles a entender. Nos dice: “La juventud por si misma no vale nada, el hecho de ser joven no tiene ningún valor, muchas veces se dice, sí, en la juventud está el futuro. Y se hace sentir a los jóvenes que ellos son lo máximo, porque son jóvenes. Cuando la juventud no es más que un periodo en la etapa de la historia”. Eso sí, como decía Juan Pablo II, insistentemente, y por eso creo una jornada mundial de la juventud, y lanzo una pastoral juvenil tan agresiva. Y lo repite Benedicto XVI, la juventud es un momento en la historia, una etapa, pero una etapa especial, porque los jóvenes ya no son niños, ellos poseen la capacidad de discernimiento, discriminación, pensamiento, y por otro lado, poseen el entusiasmo, el tiempo, el deseo, la energía vital que les permite lanzarse a proyectos, a actividades, a cosas nuevas, y les da el arrojo, la valentía, la creatividad que, muchas veces, los adultos ya no tenemos.
El Papa pide a los jóvenes no “quemar” su juventud, qué significa esto, explicó el mismo Papa. “Quemar” la juventud es seguir modas, modas que al final no llevan a ninguna parte. Todas estas moda que son completamente visibles hoy en día y que bombardean a los jóvenes constantemente, a través de los video juegos, de los comerciales de televisión, de las modas de vestir, todas totalmente transitorias, pero que tiene a los jóvenes desesperados por tratar de pertenecer, de sentirse parte del grupo de su generación y que, en consecuencias, los llena de antivalores.
No suelo ver películas juveniles o dirigidas a grupos juveniles, pues me parecen tontas, además de la temática, los personajes. La vez pasada, estaba realizando un viaje largo, no tenía sueño y estaban pasando una de esas es la película en el bus, y decidí verla. Era una película de un grupo de danzarines de la calle, jóvenes; y la cantidad de criterios irracionales dirigidos a los jóvenes como: “sigue tu corazón”, “haz lo que tú sientas”, “déjate llevar por lo que tú quieras”, es decir, todo este proceso que parece como una exhortación de autenticidad, en realidad no es más que una exhortación a la falsedad. Es una exhortación a que los jóvenes no pienses y se dejen llevar por los sentimientos, y esos sentimientos ni siquiera son sentimientos propios, son sentimientos manipulados por la moda, la publicidad, por los modelos en la televisión, etc.
A los jóvenes hay algo que siempre les digo: “ustedes se sienten rebeldes y están todas vestidos iguales, todos ustedes son rebeldes, pero fíjense, todos se han preocupado de asegurarse que están a la moda. Rebelde sería el que estuviera acá vestido con un traje, o con una ropa que no este a la moda, ese sería un rebelde. No con una ropa mas llamativa que las demás, eso no es rebeldía, ese es mayor deseo de llamar la atención e insertarse en la propia juventud, ese no es el caso.
Entonces, el criterio fundamental está en la necesidad de darle a los jóvenes un mensaje que apele a que tienen que vivir la juventud comprendiéndola como un tiempo para sacar frutos, y para ello el Papa pide algo que usualmente no se hace y no se les propone a los jóvenes: la autoformación y formación. Formarlos, catequizarlos, educarlos, instruirlos, darles criterios. El Papa exhortó hasta el cansancio: “muchachos fórmense, fórmense porque van a enfrentar un mundo complejo, van a enfrentar un mundo que va a plantearles muchas interrogantes y ustedes necesitan tener criterios para poder responder a esas interrogantes”.
Si los padres hoy en día ceden a la presión de los jóvenes de hoy, que siempre se muestran aburridos, siempre se quejan, deben entender que eso ha sido completamente natural, yo recuerdo mi propia juventud, por lo menos como dice la frase, trato de que la vaca se acuerde cuando fue ternera. Entonces, recuerdo mi propia juventud, siempre iba a tener una cara larga, un desplante, nada iba a ser suficientemente significativo para mí, porque también vivía el egocentrismo, bastante narcisista de los jóvenes. Pero a los jóvenes hay que quebrarlos en esta actitud, porque puede ser peligrosa.
El Papa reconoce que los jóvenes tienen un hambre, y dice: “ustedes tienen un hambre de grandeza, un hambre interior, y de acuerdo a como respondan a ese hambre, si dejan que ese hambre y esa sed de grandeza se satisfaga en los lodazales y en los charlos de agua inmunda, entonces no van a ser felices y no van a guardar nada para un futuro promisorio y feliz. Pero en cambio, si ustedes, se forman, si es que los padres no renuncian a la necesidad de proporcionar formación, sino ceden a sus caprichos y no convierten a las reuniones de grupo, o los encuentros familiares, en simple “sentirse bien”, “cantitos”, “abracitos”, eso lo pueden encontrar en cualquier lado, no necesitan la iglesia para eso, pues la iglesia tiene que desafiarlos, animarlos entusiasmarlos , y sobre todo ayudarles a comprender que ese hambre, esa ansiedad, esa inquietud, es la inquietud por algo que no falla. Y Jesús es el amigo que nunca falla. La moda cambia, los ídolos traicionan, pasan de moda, pero Jesús nunca falla, y en consecuencia es animar a los jóvenes a apostar la energía de su juventud por el único amigo que nunca falla.
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